Formación – Interpretación – Escénica – Técnica
A través de varias décadas he ido implementando diversas técnicas a cada alumno o músico, que me llevó necesariamente a ir desarrollando una manera grupal-individual e integral en la enseñanza musical. Los músicos que venían a estudiar el piano, canto, teoría, etc. en líneas generales presentaban (algunos más, otros menos) deficiencias rítmicas y auditivas, e incluso con los de canto, que la emisión era muy deficiente, éstos en particular eran quienes sufrían más estos tipos de problemas. Cómo lograr que en un tiempo razonable, el músico crezca tanto artísticamente como técnicamente, y que con pocos recursos sus interpretaciones sean artísticas y estéticas.
Evidentemente en éstas últimas dos décadas y media, se ha buscado ir destruyendo y mediocrizando la educación en general, por lo que la música ha quedado mas allá del último lugar, creando un desinterés de buscar referentes, apenas lecturas vagas de algunos creadores por Internet, sin profundizarlos.
A pesar de todo, Argentina como país, es un crisol de razas, que ha generado mucho talento en la gente, y el sistema económico que cambia las reglas de
juego todo el tiempo, logra despertar la creatividad en muchos, lo cual produce un cúmulo de recursos.
Presto mucha atención a la relajación y postura del cuerpo, hasta llegar a una posición natural, cómoda que le permita a uno escucharse y escuchar, que es el objetivo principal de este trabajo.
El cuidado de la creatividad rítmica debe llegar también a una expresión natural del individuo en la que debe insertarse en cualquier música. Uno de
los elementos fundamentales de todo este método, es el lenguaje, la necesidad de que cada alumno conozca, deguste y lleve a la práctica, géneros
maravillosos, como el folklore, jazz, clásico, tango y también la música étnica (madre de la expresiones primeras) y, porque digo fundamental, porque la
cantidad de recursos que va a ir conociendo al conocerlos será muy provechoso para ejercer cualquier tipo de música.
Mis encuentros con Atahualpa Yupanqui, el Mono Villegas, Eduardo Lagos, Hugo Díaz y su Sra. Victoria Díaz y su hermano Domingo Cura, fueron muy
provechosos más tarde. Los conocí de muy jovencito, cuando vivía en lo que hoy se llama el barrio Las Cañitas. Con el tiempo fui comprendiendo por qué esos artistas tan gigantes en el arte, se cruzaron en mi camino, de alguna manera estoy increíblemente agradecido de la fuerte enseñanza que me
dejaron sin proponérselo. Todas estas relaciones fueron simples y me marcaron profundamente. Es quizás por ese motivo que hoy me encuentro
componiendo y tocando diversos estilos, y el método que fui desarrollando no fue ajeno a todo esto.
Cada uno de estos grandes maestros fue dejándome un legado de amor y perseverancia en el otro, para lograr formarme y formar artistas en que no
fuera necesario tranzar en nada. Es maravilloso ver crecer y sentir como logra crecer el otro a través de uno.